Adoro
las tabernas castizas de Madrid. Todas ellas encierran más de
una historia entre sus cuatro paredes. Están ahí reposando
en las vigas de madera, aguantando los mostradores de titanio, escondidas
entre los paneles de las paredes. Aunque no las conozcamos se respiran.
Me encanta esa sensación. Todo me sabe mejor.
Y
Vinos Once o Casa Dani, como la conocen muchos, es una taberna muy especial,
que encierra esa clase de historias. La de este establecimiento se remonta
a 1875, cuando era una botica. A finales del XIX, principios del XX
se convierte en bodega. En 1982, Dani, tras la muerte de su jefe, con
el que había trabajado cuarenta años, pasa a ser el propietario.
Dani
restaura y mejora los elementos originales de la taberna. Si miráis
hacia arriba fijaos en la antigua lámpara de gas y la saturadora
de sel. Si estáis apoyados en la barra dirigid la mirada a la
derecha. Veréis la antigua máquina registradora que registraba
seis pesetas como máximo. Y si bajáis aún más
la mirada, os sorprenderá la barra tallada de madera de nogal.
Antiguamente la panelización de las paredes también eran
de nogal, pero una ley de la República prohibió la madera
en espacios públicos para evitar incendios
Pero,
sobre todo, Dani transmite su carisma y personalidad al local. Llega
a ser el único medidor de vinos en activo de Madrid. ¿Cómo
medía el vino? Dani cogía hasta ocho vasos vacíos,
les daba un agua en la pila, y sobre el mostrador vertía el vino
de Valdepeñas de una frasca de manera continuada, de modo que
todos quedaban al mismo nivel.
Dani
murió hace cinco años y su hijo Daniel, ha tomado el relevo
de su padre como tabernero. Sus ojos hablan de él con admiración.
Se plantea recuperar la forma tradicional de servir el Valdepeñas,
que es el vino que se sirve aquí (aunque también hay Rioja
y Ribera). En cualquier caso, lo recupere o no, ha sabido mantener el
ambiente de la taberna.
En
Vinos Once se bebe Valdepeñas y se comen unos estupendos ibéricos
y quesos selectos. Tiene dos espacios. En el primero la barra y las
mesas de mármol. En el interior, un espacio maravilloso, un comedor
que a mí me recuerda a esos vagones de los trenes clásicos,
como el Orient Expres, que he visto en películas de cine clásico.
Es una
visita obligada para los amantes del vino, de los sitios con encanto.
Es de esos lugares en los que el tiempo pasa muy despacio. Estoy convencido
que Daniel va a ser tan buen tabernero y tan querido como su padre.
Mercado de la Paz Calle Ayala, 28 Madrid 28001
Mercado de la
Paz
Calle Ayala,
28 Madrid 28001
+34 915 75 59
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https://www.casadani.es/