Pekín (en chino, Beijing o Pei-king), ciudad y capital de China, situada a 110 km al noroeste del golfo de Bohai, al norte de China. La ciudad está rodeada por la provincia de Hebei, aunque constituye una municipalidad autónoma de 16.808 km2 de superficie. Pekín, situada en el límite septentrional de la llanura china y rodeada de montañas por el norte y el oeste, fue un punto fronterizo estratégico del imperio chino a lo largo de gran parte de su historia. Se fundó hace más de 2.000 años, ha sido la capital de China durante los últimos 700 años y es una de las mayores ciudades del mundo. Es el centro político, cultural e intelectual de China, así como la principal metrópoli industrial y comercial. Pekín es la segunda ciudad más grande de China después de Shanghai.

Población
La población del área metropolitana de Pekín en 2015 era de 21.750.000 habitantes, de los cuales 12 millones viven en los distritos mas importantes. El resto habita en los municipios de los alrededores, en pequeñas ciudades y pueblos. La ciudad tiene un índice de natalidad y de mortalidad bajos y, por tanto, un índice de crecimiento vegetativo también muy bajo. El aumento de la población se debe a la inmigración; en la actualidad hay más de un millón de habitantes no permanentes (trabajadores transitorios o personas que entran en la ciudad con permisos temporales o de forma ilegal) que no aparecen reflejados en las estadísticas oficiales. Muchos de ellos viven en chabolas u otras construcciones temporales, o bien en precarios dormitorios alquilados. Trabajan en la construcción, en el servicio doméstico y en otras actividades de servicios de bajo nivel. Debido a su condición de temporales y a sus bajos ingresos, a menudo se les responsabiliza del aumento del índice de criminalidad y del malestar social existentes.
Más del 90% de la población son chinos han y el resto son manchúes, mongoles, turcos y otras minorías nacionales y extranjeras.
El chino mandarín (putonghua) es la lengua que se habla en Pekín. El dialecto de Pekín se ha convertido en un modelo para el mandarín septentrional que, a su vez, es una forma convencional de mandarín y el idioma oficial hablado por los habitantes de la República.
Pekín, como muchas otras ciudades chinas, tiene serios problemas de contaminación atmosférica e hídrica. El rápido crecimiento de la población y de la construcción de edificios, junto a una amplia y no regulada eliminación de las aguas residuales procedentes tanto de las industrias como de las viviendas particulares, y a la quema de carbón y otros materiales contaminantes ha dado lugar a niveles muy elevados de contaminación en el aire y en el agua.
Economía
La ciudad fue diseñada como centro de desarrollo industrial, comercial, de transporte y científico. Sin embargo, todos estos aspectos han entrado a veces en conflicto entre sí y con las funciones tradicionales de Pekín como centro político y cultural de China. Fue especialmente problemático el desarrollo y crecimiento industrial excesivamente rápido que tuvo lugar a finales de la década de 1950, al amparo de las políticas planificadoras que tenían como objetivo hacer de Pekín una ciudad productora con una base industrial amplia y diversificada.
La ciudad se ha convertido en el segundo centro industrial de China, y las principales industrias se han establecido en las ciudades satélites cercanas como Shijingsh (acero y hierro), Tongxian (automóviles), Fengtai (maquinaria) y Fangshan (petroquímica). A finales de 1991, las fábricas daban empleo a más de 2,1 millones de obreros. En Pekín se producen actualmente una gran variedad de productos de algodón y fibras sintéticas, papel, lubricantes de alta calidad, productos electrónicos y derivados de la industria alimentaria. Otra actividad que ha crecido rápidamente, desde la introducción de las reformas económicas en 1978, ha sido la construcción; surgen por todas partes nuevos edificios, carreteras, fábricas y otros proyectos de infraestructura a un ritmo asombroso. En 1991 se emplearon en la ciudad de Pekín 684.000 trabajadores en el sector de la construcción.
La agricultura continúa empleando, a grandes rasgos, al mismo número de personas (900.000) que en la década anterior, aunque la parte de ingresos que supone en la economía es inferior en relación con otros sectores. La producción agrícola y ganadera incluye cereales, una gran variedad de hortalizas como la col, los tomates, las berenjenas, las zanahorias y las cebollas, leche, huevos, aves de corral y ganado porcino.
Las actividades comerciales y de servicios han crecido rápidamente en los últimos años, y en la actualidad emplean a más de un millón de trabajadores. Existen muchos centros comerciales esparcidos por toda la ciudad; los más conocidos se encuentran en la avenida Wangfujing, que bordea la Ciudad Prohibida y la plaza de Tiananmén. La artesanía tradicional, basada en los trabajos de esmalte, tallas de jade, loza lacada y tejido de alfombras, continúan realizándose y dando celebridad a la ciudad.
Pekín es también uno de los principales núcleos de transporte de China. Existe una enorme autopista que conecta la ciudad con Tianjin, un importante puerto fluvial e industrial situado a 90 km al sureste. Pekín es el centro de la red nacional de carreteras. También salen de Pekín un gran número de líneas ferroviarias hacia todos los lugares del país que comunican la ciudad con Corea del Norte, Rusia y la República Democrática de Mongolia. En la ciudad se han construido recientemente un gran número de carreteras de circunvalación y autopistas, y el sistema de transporte subterráneo continúa expandiéndose debido a los notables esfuerzos que se están realizando por mejorar el transporte colectivo. A pesar de las construcciones de nuevas carreteras, el tráfico se ha ido congestionando cada vez más debido al aumento de la compra de automóviles. Además, la mayoría de los pequeños desplazamientos en Pekín se hacen en bicicleta, que obstaculizan el tráfico de las calles de la ciudad. El aeropuerto internacional de Pekín cuenta con un servicio interno que lo comunica con la mayor parte de las grandes ciudades de China en las que funcionan compañías de transporte internacionales, y posee servicios de vuelos directos a Norteamérica y Europa, así como al este, sureste y suroeste de Asia.
Con las reformas económicas que se llevaron a cabo a partir de la década de 1980 se generalizaron las empresas de capital conjunto, nacional y extranjero. La economía interna ya no incluye sólo empresas propiedad del Estado o colectivizadas, sino que también agrupa a muchas empresas privadas y autónomas. A finales de 1991, Pekín tenía 52.000 trabajadores empleados de forma autónoma, que localmente se denominan getihu, en actividades comerciales. Los negocios de servicios alcanzaron la cifra de más de 23.500 sucursales en el mismo año y emplearon a 153.000 personas.

 
Configuración y paisaje urbano
El territorio administrativo del Pekín metropolitano comprende diez distritos urbanos y ocho grandes municipios rurales circundantes. En el área urbana se distinguen cuatro zonas completamente urbanizadas, rodeadas de seis distritos suburbanos. Estos últimos están creciendo con rapidez, a medida que las nuevas construcciones de edificios institucionales, industriales y residenciales cubren el paisaje y convierten el antiguo terreno agrícola en zonas de uso urbano. Más allá, los municipios continúan proporcionando el cereal y otros productos alimentarios necesarios y abastecen a la ciudad con materiales para la construcción y agua. Se ha producido recientemente un desarrollo industrial en estos municipios rurales demuestran las ciudades satélites mencionadas anteriormente.
La ciudad está formada actualmente por dos partes bien diferenciadas: una parte vieja, antiguamente amurallada, y un sector nuevo, en el exterior, de carácter institucional, industrial y residencial, construido sobre todo después de 1949. Como todas las ciudades chinas tradicionales importantes, Pekín está rodeada por una enorme muralla y fue diseñada con una forma geométrica rectangular, en función de un eje norte-sur que se extiende desde las puertas principales hasta la Ciudad Prohibida y las torres del Tambor y Campana. La Ciudad Prohibida, que consta de un palacio amurallado y en cuyo interior vivían los emperadores de China, la familia imperial y sus servidores, se denominó así debido a que los ciudadanos corrientes no podían acceder a su interior. Es el lugar más respetado de la China imperial. En la actualidad, contiene el Palacio-Museo y los palacios de los antiguos emperadores Ming y Qing.
La ciudad antigua se componía de dos secciones: en un primer lugar, una ciudad interna de forma cuadrada construida entre 1409 y 1420, rodeada por un alto muro de 15 m y con cuatro puertas. Esta ciudad interior coincide en muchos aspectos con la sede de la antigua dinastía como Yuan con capital en Da Du. En la ciudad interior se hallaba la Ciudad Imperial, en la que estaban las dependencias del gobierno, templos, jardines, palacios, parques, así como la sagrada Ciudad Prohibida. Fuera de la Ciudad Imperial había plazas que albergaban los mercados, otros templos y zonas residenciales. El muro tenía aproximadamente 25 kilómetros de largo.
La segunda sección corresponde a la ciudad meridional exterior, construida al final de la dinastía Ming (1521-1566). Tenía forma rectangular y la rodeaba una muralla de 23,5 km de largo, de los cuales 6,7 km formaban parte de la muralla sur de la ciudad interior. Dentro de ella se encontraban templos y espacios residenciales para el pueblo. El trazado geométrico tenía una importancia simbólica, ya que el principal eje norte-sur representaba la autoridad imperial y atravesaba muchas dependencias clave del gobierno, diferentes edificaciones, residencias imperiales y las principales puertas. Esta tradición se continúa hoy, ya que la plaza de Tiananmén y la tumba de Mao están alineadas con este eje. Tras la revolución de 1949, las murallas de la antigua ciudad se derribaron y fueron sustituidas por bulevares amplios, pero se conservaron muchas de las antiguas puertas. A pesar del reciente aumento en el número de construcciones, Pekín continúa siendo una ciudad llena de monumentos, palacios, templos y otros vestigios de la pasada gloria de la China imperial. Es una ciudad magnífica y en la actualidad continúa representando la culminación de los logros del trazado urbanístico y la construcción urbana de la China tradicional y de la contemporánea.

Lugares de interés
 
Pekín tiene muchos edificios de interés histórico y arquitectónico. El Palacio-Museo, o Gu Gong, situado en el interior de la Ciudad Prohibida, era la antigua residencia y lugar de reunión de la familia imperial y de la corte. Construido hace más de 500 años, el complejo comprende una serie de amplias salas y palacios que servían para los ceremoniales oficiales de estado, así como residencia. Al oeste se encuentra Zhongnan Hai, un enorme parque amurallado con varios lagos que sirve hoy como complejo residencial para los máximos líderes políticos chinos.
Justo al sur de la Ciudad Prohibida y del Palacio-Museo está la plaza de Tiananmén, que es el núcleo central de la ciudad. Es una inmensa plaza que puede albergar un millón de personas y que se desarrolló tras el éxito de la revolución comunista en 1949. En ella se conmemoran grandes festividades anuales como la celebración del día nacional, el 1 de octubre. En la zona oeste de la plaza se encuentra la Gran Sala del Pueblo, donde se reúne la Asamblea Nacional China. En la zona oeste está el Museo de Historia y de la Revolución China. En el centro está el monumento a los héroes del pueblo y la tumba del presidente Mao Zedong. La plaza se hizo famosa en 1989 cuando, el 6 de junio, tuvieron lugar los sucesos de Tiananmén, en los que el ejército reprimió las protestas de los estudiantes en una masacre sangrienta.
De los numerosos templos que pueden encontrarse en la ciudad antigua quizá el más conocido y hermoso sea el templo del Cielo (Tian Tan), situado en la parte meridional de la ciudad externa. Aquí se encuentran dos magníficas construcciones ceremoniales de forma redonda con tejados de tejas barnizadas, que antiguamente eran capillas en las que los emperadores chinos veneraban a sus dioses. Se consideran uno de los mayores logros arquitectónicos de la China tradicional. Estos templos y las tierras que los rodean se abrieron al público tras la revolución. Otros templos notables son los de Lama y de Confucio, así como el templo de la Dagoba Blanca construido para conmemorar la visita del Dalai Lama del Tíbet en 1651. Los acontecimientos deportivos más importantes tienen lugar en el estadio Beijing, en el estadio de los Obreros y en el Campo de Deportes. Otros edificios y parques importantes son el Palacio de Verano, en los suburbios del noroeste, y los templos de los alrededores y los parques conocidos como colinas perfumadas, creados hace muchos años como áreas de caza o de retiro religioso. En los suburbios del noroeste están la tumbas de la mayor parte de los emperadores de la dinastía Ming (1368-1644). Estas tumbas se unen por la larga avenida de los Animales, bordeada de leones, elefantes, camellos y caballos de mármol. Situada al noroeste de las tumbas Ming, dentro de los límites municipales, se puede ver una parte de la gran muralla en Badaling; a la que se puede acceder desde el centro de Pekín tras un día de viaje.

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Instituciones culturales y educativas
Pekín tiene más centros universitarios que cualquier otra ciudad china. Los más importantes son la Universidad de Pekín, fundada en 1898, y la Universidad de Qinghua, la institución técnica y científica más prestigiosa del país. Estas dos y la Universidad del Pueblo, junto a la Academia China de Ciencias (Academia Sínica) y varios de sus institutos de investigación subsidiarios se hallan situados en los suburbios del noroeste, en un área asociada con la investigación y la enseñanza. Más de 250.000 personas se dedicaban a trabajos técnicos y científicos en 1991. Casi 500.000 personas se dedican a la enseñanza o trabajan en servicios de comunicación. Pekín es también una ciudad de gran actividad cultural. Hay numerosos teatros como el Teatro del Pueblo, el Teatro Capital y el Teatro de las Nacionalidades, así como la Sala de Conciertos para representaciones musicales. La biblioteca de Pekín es la más importante de China y contiene más de seis millones de volúmenes; como sucesora de la biblioteca imperial metropolitana incorpora, en parte, las colecciones de las bibliotecas reales de las dinastías Sog, Yuan, Ming y Qing. También hay un museo de arte, un museo de historia natural y otro dedicado a la vida y época del célebre literato Lu Xun. También encontramos un zoológico, un planetario y el antiguo observatorio imperial, célebre por sus antiguos instrumentos astronómicos y cosmográficos.

Historia
Existen huellas de un asentamiento en las cercanías del Pekín moderno que se remontan al neolítico e incluso a tiempos anteriores (segunda edad de piedra, en el 3000 a.C.). Su localización en el flanco norte de la llanura septentrional china fue decisiva, ya que confirió al asentamiento un carácter de encrucijada geográfica y política entre las poblaciones sedentarias agrícolas de chinos han en el sur y oeste y los grupos tribales nómadas del norte, noreste y noroeste. Ya en tiempos de la dinastía Chou, existía en ese lugar una capital administrativa. Este emplazamiento continuó realizando un papel regulador importante y estratégico durante los altibajos de las sucesivas dinastías a lo largo de más de mil años, actuando como intermediario entre dos pueblos y dos modos de vida distintos. En el 937 d.C. los tártaros Jitan del noreste conquistaron parte de la zona septentrional de China y establecieron en este lugar una de sus capitales. Fueron derrotados por los jurchen a mediados del siglo XII, que establecieron el Imperio Jin y reconstruyeron la ciudad a gran escala. Pero el desarrollo realmente fuerte de la ciudad tuvo lugar tras la conquista mongola de China y el establecimiento de la dinastía Yuan (mongol) en 1279. El gobernador mongol Kublai Kan decidió establecer su capital en el lugar en donde se halla la actual Pekín en 1272, y, por primera vez, la nueva capital, que se llamaba Da Du (gran capital), se convirtió en el centro político y administrativo de China.
Esta situación continuó durante un siglo hasta que la dinastía Yuan fue derribada por la dinastía Ming en 1368. El primer emperador Ming estableció su capital junto al río Yangzi, en Nanjing (capital meridional), y cambió el nombre de Pekín (Beijing) por Beiping, que significa paz septentrional. Tras su muerte se originó una lucha. Da Du volvió a llamarse Pekín (capital del norte) y, en 1420, fue designada de forma oficial capital de los Ming. La ciudad se desarrolló y creció como una capital magnífica, determinándose el trazado y el diseño que aún hoy puede contemplarse. Con la siguiente dinastía, la dinastía Qing (1644-1911), continuó la construcción de templos y palacios.
Tras el derrocamiento de la dinastía Qing y el establecimiento de la República de China, Pekín siguió siendo el centro político de China hasta 1928, momento en el que el Partido Nacionalista liderado por Jiang Jieshi restableció la capital en Nanjing y dio de nuevo a Pekín el nombre que tuvo con la dinastía Ming, Beijing. Los japoneses ocuparon la ciudad desde 1937 hasta 1945, pero no sufrió muchos daños durante la II Guerra Mundial. En 1949, tras el establecimiento de la República Popular de China, el nuevo gobierno comunista designó esta ciudad como capital y restauró el antiguo nombre de Pekín.
Sucesos de Tiananmen
Culminación de una serie de manifestaciones de estudiantes y trabajadores en favor de la democracia en China, que tuvo lugar, en la plaza de Tiananmen (Pekín), durante la primavera de 1989 y que finalizó con miles de muertos y heridos tras la represión gubernamental. El 15 de abril, tras la muerte del anterior secretario general del Partido Comunista Chino y reformador demócrata, Hu Yaobang, los estudiantes iniciaron en su memoria unas manifestaciones pacíficas en Shanghai, Pekín y otras ciudades. Hu se había convertido en un héroe entre los liberales chinos cuando se condenaron sus reformas políticas en 1987. Las manifestaciones en favor de la democracia continuaron con la petición popular de la dimisión del máximo dirigente chino Deng Xiaoping y de otros líderes (dirigentes) comunistas. La exigencia gubernamental de poner fin a las manifestaciones, realizada el 20 de abril, fue ignorada. El 4 de mayo, unos 100.000 estudiantes y trabajadores marcharon a Pekín en demanda de reformas democráticas. Los manifestantes continuaron sus protestas durante la visita del primer ministro soviético Mijaíl Gorbachov a finales de ese mes. El 20 de mayo, el gobierno declaró la ley marcial; a pesar de ello continuaron las manifestaciones mientras que el gobierno vacilaba entre el liderazgo de Li Peng y el de Zhao Ziyang. En última instancia, adoptando la política represiva propugnada por Li Peng, que contaba con el apoyo de Deng, el gobierno envió tropas a la plaza de Tiananmen. Entre el 3 y 4 de junio de 1989, el Ejército Popular de Liberación aplastó brutalmente a los manifestantes. Según las estimaciones, entre 3.000 y 5.000 estudiantes y ciudadanos murieron, resultando heridos otros 10.000 y siendo arrestados centenares de ellos (fue la primera vez que el Ejército chino era utilizado para reprimir revueltas populares). Tras la masacre, el gobierno llevó a cabo numerosas detenciones, juicios sumarísimos, ejecuciones, censuró la prensa extranjera y controló con gran rigor la prensa china. A pesar de que había sofocado protestas similares desde mediados de la década de 1980, la extremada violencia utilizada para reprimir la protesta que tuvo lugar en la plaza de Tiananmen provocó la unánime condena internacional al gobierno chino.

 
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