DIA 4
EEl viaje comienza en el puerto de la localidad de Burela avanzando por el paseo marítimo de la playa O Portelo, abandonando, al finalizar la playa, el núcleo urbano. El trazado enlosado avanza con espectaculares vistas de los acantilados e islotes, para después de superar el Cabo Burela alcanzar la pequeña playa de Ril, poco antes del punto kilométrico 2 de etapa. El viajero rodea las instalaciones deportivas de la playa da Marosa, dejándolas a la izquierda y a la derecha la mencionada playa. Al llegar a la esquina del segundo campo de futbol el trazado pasa a ser senda de tierra, que tras avanzar escasos metros por acera paralelo a la carretera LU-P-1510, se torna de nuevo de tierra acercándose de nuevo al acantilado alcanzando el punto kilométrico 4 de etapa, momento en el cual el trazado permite disfrutar de inmejorables panorámicas del islote Pena Grande. Playa del islote Peña Grande De vuelta al trazado, el viajero abandona la acera para tomar a la derecha un camino ancho de tierra que avanza con la línea del Ferrocarril de Vía Estrecha (FEVE) a la derecha y la carretera LU-P-1510. Tras dos cruces de caminos el trazado avanza de nuevo paralelo a la carretera LU-P-1510, superando la desembocadura del río Xunco que forma la playa de Rueta en su salida al mar. Pazo de Pedrosa Tras superar el punto kilométrico 8 el viajero gira a la derecha pasando bajo la vía férrea adentrándose, ya por asfalto, en el polígono industrial de San Cibrao. Avanzando por la carretera LU-P-1510, extremando las precauciones, se toma el primer desvío a la izquierda, que tras un zigzagueo abandona el asfalto para, ya por camino de tierra, llegar a la altura del Pazo de Pedrosa, antigua construcción en piedra que consta de varias dependencias cuyo fundador fue un noble ingles que se asentó en la zona huyendo de la reina Isabel I de Inglaterra. Playa de Cubelas de San Cibrao
Comienza en el parque de Reina Sofía de la localidad de San Cibrao. Se cruza la ría de Lieiro, después por el paso de peatones tomando el paseo de la izquierda. Se avanza remontando las aguas del río Covo, que al finalizar la pasarela de madera sorprende al viajero con el puente medieval de O Bao, disfrutando del frescor de la ribera en el área recreativa existente. El itinerario se adentra en un eucaliptal, transitando por pistas forestales, para poco después de superar el punto kilométrico 1 girar a la derecha por la carretera, abandonándola pocos metros después en el primer desvío a la izquierda. Tras un pequeño zigzagueo el trazado abandona el asfalto para tomar una pista de tierra que zambulle al viajero en un denso eucaliptal que conduce hasta la carretera LU-142, donde se gira a la izquierda, transitando por ella extremando las precauciones, hasta tomar el desvío señalizado de la derecha. Hórreo en Barxa El trazado se acerca a la costa dejando a la izquierda el complejo industrial de alúmina-aluminio, al mismo tiempo que se transita por la población de Barxa, alcanzando poco después las instalaciones de una conocida industria acuícola. Vistas del Camino Natural de la Ruta del Cantábrico Tras superar el punto kilométrico 8 se gira a la izquierda, dejando de frente el Portiño de Morás. En ascenso se va estrechando el camino avanzando hacia el oeste ya por camino estrecho entre un denso tojar (Ulex europaeus) que adentra al caminante en la ZEC, LIC y ZEPA Costa da Mariña Occidental. Isla de Sarón De vuelta al Camino Natural de la Ruta del Cantábrico y tras atravesar un nuevo bosquete de eucaliptos y un prado junto a unas viviendas, se inicia un tramo compartido que desciende hasta la playa de Portocelo para ascender por asfalto hasta las Ruinas de San Tirso, asentamiento humano desde la prehistoria, siendo castro en primer lugar para cientos de años después levantar un monasterio que tras el cese de la actividad monacal se mantuvo como lugar de culto hasta el año 1929. Hito kilométrico en la playa de Muiñelos La pista transita por el interior de masas de eucaliptos alternando tramos de subida y bajada que superan la caprichosa orografía. Siguiendo los elementos de señalización se abandona el camino ancho tomando una senda a la derecha que desciende con fuerte pendiente hasta la playa de Muiñelos. Desde la playa se asciende por carretera, descendiendo a continuación por la LU-P-2610 hasta la playa del Esteiro, muy apreciada por los aficionados a la práctica del surf. Continuando por asfalto se inicia la subida que abandona la playa, tomando una senda a la izquierda que tras otro desvío a la izquierda culmina una dura subida donde se toma una pista asfaltada y poco después la carretera LU-P-2610, abandonándola metros después tomando el camino que conduce a la playa de Portonovo. El camino torna de nuevo al sur desembocando una vez más en la carretera LU-P-2610. Antes de llegar a la localidad de Faro el viajero encuentra un desvío de 1 km fuera del trazado que conduce al Mirador de Monte Faro. De vuelta al camino y después de superar las viviendas del núcleo urbano de Faro se toma una senda a la derecha que avanza entre prados hasta volver a la carretera, descendiendo entre las viviendas a la playa de Area donde se avanza por un paseo peatonal empedrado. Un panel ilustra al viajero sobre los diversos pobladores de la playa de Area, según los hallazgos encontrados en los diferentes trabajos arqueológicos realizados en la zona. Puerta de Carlos V en Viveiro Avanzando por el paseo paralelo a la carretera se supera el punto kilométrico 29 donde no es difícil observar a los pescadores reparando sus redes y artes de pesca. Ya en plena ría de Viveiro se supera el puerto deportivo y poco después del punto kilométrico 30, en la estación de autobuses de Viveiro, en frente de su oficina de turismo, el viajero encuentra el panel que marca el final de esta quinta etapa del Camino Natural de la Ruta del Cantábrico. A unos 200 metros de este punto, se encuentra la puerta de Carlos V, una de las tres puertas que actualmente todavía existen (de las cinco que formaban parte del antiguo recinto amurallado de la ciudad de Vivero.) |
el punto donde Roldan derroto a Ferragut.
Muy cerca Nájera.
Nájera, fue en los Siglos X y XI, la sede del reino de Navarra y punto
de partida para la Reconquista. En su monasterio de Santa Maria la Real están
en
terrados muchos reyes y nobles vinculados a la dinastía de Sancho Garcés.